por Una de las principales limitantes de los generadores eléctricos es el tamaño (intensidad) de los campos magnéticos que se pueden obtener. Si recordamos el principio de la corriente inducida, esta es un producto proporcional a la intensidad del campo y a la velocidad con la que el campo magnético cambie.
En la tierra existen distintos materiales que poseen magnetismo de forma natural, sin embargo, conforme su campo magnético es más grande su tamaño también lo es. Extraer y transportar imanes de gran tamaño no es una tarea fácil y su practicidad no es la mejor, por ello, para aplicaciones mayor tamaño se sustituyen los imanes naturales por electroimanes.
Los electroimanes son mecanismos que emplean el mismo mecanismo de inducción, pero en este caso se busca generar campos magnéticos. Si se coloca un embobinado alrededor de un pedazo de metal, tales como hierro o acero, y se hace fluir una corriente eléctrica, se desarrollará un campo magnético alrededor de la barra metálica. Este es básicamente un electroimán.
El uso de electroimanes en los generadores eléctricos supone diversas ventajas:
- Capacidad de generar campos magnéticos más intensos.
- Capacidad de regular la intensidad del campo magnético, permitiendo así tener un embobinado fijo (ver funciones del estator).
- Campos magnéticos controlados, que permiten regular la corriente de salida.
- Desarrollo de generadores de mayor complejidad como los generadores trifásicos.
Por todo ello el uso de electroimanes supone muchas ventajas, aunque claro está, existen aplicaciones sencillas en las cuales un imán natural es suficiente (el caso de los dínamos).
